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domingo, 13 de julio de 2014

MERCAT DE LA BOQUERIA

Aunque el Mercado de la Boquería fue inaugurado el 19 de Marzo de 1840, su origen es tan confuso como antiguo y desde  el año 1217 está documentada la existencia de paradas de venta de carne y verduras en la zona.
De lo que no cabe duda es de que nació -como casi todos- como un mercado ambulante, situado en la Rambla de Barcelona. 

En esos lejanos años, La Rambla había adquirido importancia como paseo y recordando que en Catalunya, los pueblos y ciudades habían sido fundados alrededor de los mercados, allí se concentró el mercado: frente a una de las puertas de la muralla (Pla de la Boqueria) donde los vendedores ambulantes y los campesinos de otros pueblos y las masías de fuera de las murallas se instalaban con el fin de vender sus productos.

En 1470 a raíz de una petición de los campesinos del Raval y de los pueblos del Baix Llobregat se ubicó la feria de cerdos del mes de diciembre. Los espacios del interior de la población eran pequeños para toda la actividad generada, y se tuvo que emplazar extra muros. En el Pla de la Boqueria se vendía la verdura de los huertos establecidos cerca de la actual calle o paseo de la Ronda, conocidos por huertas de San Antonio, de San Pablo y de Sant Bertran y las carnes producidas en los pueblos cercanos a la ciudad.

En 1777 debido a la demolición del portal de la Boqueria las carnicerías contiguas tuvieron que trasladarse a la Rambla (junto al huerto del convento de San José). Se creyó conveniente sacar al mercado de las dos plazas y organizar a la Rambla de San José, entonces se construyó la pescadería y levantaron puestos de carniceros y polleros, que formaron calles delante del convento y de la Virreina.

En 1794, el mercado comenzó a estar rodeado de pórticos con la intención de ser el primer mercado de Europa aporticado, pero no llegó a construirse tal y como se había proyectado y se mantuvo como una extensión del mercado de la Plaza Nueva, que se extendía hacia la plaza del Pi y por la riera del mismo nombre llegaba hasta la Rambla.

1894

1907

En 1836, al desaparecer el convento de los Carmelitas Descalzos con su iglesia de San José, el Ayuntamiento proyectó  finalmente la construcción y reorganización de este siempre cambiante mercado. La plaza debía ser cuadrangular, la pescadería debía quedar separada del resto y el espacio central estaría reservado para las paradas, escenario de celebraciones cívicas y festivas. Estos aspectos no fueron cuestionados, pero la extensión superficial del conjunto y el volumen de las edificaciones perimetrales fueron objeto de un debate y obstaculizaron y retrasaron la realización del programa.
El proyecto fue realizado por el arquitecto Mas Vilà y, cuatro años más tarde, el 19 de marzo de 1840 se inauguró el mercado.

1935

A partir de entonces el mercado se fue modernizando y mejorando, no sólo a nivel sanitario,  si no estético, y decorativo. Con el tiempo el mercado de la Boquería de Barcelona fue transformándose en un mercado moderno que, en 1914, incorporó la iluminación de gas y se finalizó la cobertura metálica que, además de proteger alimentos, vendedores y compradores, le otorgó singularidad y carácter. 


Actualmente la tercera y cuarta generación de vendedores muestra con orgullo el mercado de alimentación más antiguo y completo de Barcelona, ofreciendo verdura, carne, pescado y miles de productos con una imaginativa presentación en unas paradas llenas de encanto. 
El mercado de la Boquería es un espacio lleno de vida e historia, con un valor arquitectónico fuera de toda duda, además de ser un centro turístico por excelencia y para los barceloneses la solución para todo: "lo que no encuentras en toda Barcelona, está en La Boquería".

1 comentario:

Pablo Valentí dijo...

Quiero felicitarte por este mágnifico blog. Lo abro cada día y siempre descubro algo que no sabía o había olvidado.
Dices, aunque no lo parece, que no eres un experta en Barcelona y si es así, al menos te preocupas de buscar la información correspondiente y no solo de intercalar fotos sin ton ni son, que sería lo tirado y lo que yo, de saber, haría.
Lectura fácil y amable, fotos documentadas y un diseño moderno y atractivo, tan atractivo como esta ciudad en la que nací hace 50 años. Felicidades.